Si hay algo de lo cual la mayoría de la población mundial ha tomado conciencia, es que nuestras vidas, queramos o no, están enlazadas para forjar un destino en común.

 Está noticia con la que inauguramos las editoriales de “historias de vida”, sucedió en Villa Giardino. y uno de los protagonistas comparte una odisea con final airoso, que dos veces en menos de 60 días impactó de lleno en su seno familiar.

Todos recordarán, el primer caso sospechoso de Villa Giardino, que luego resultó negativo, pero mantuvo en vilo a toda la comunidad del centro de Punilla.

Esteban Sosa Chaneton, tiene 50 años, y además de ser el protagonista de ese primer hisopado, es el abuelo del bebé que hace pocos días se broncoaspiró y recibió la ayuda de un bombero que le salvó la vida, y la asistencia de la policía local e inspectores municipales. 

El mérito principal de que Benicio sobreviviera, es de Jose Guedes, el es oriundo de Merlo Bs. As, tiene 34 años, y es bombero desde hace 14 años, desde el 2016 vive y pertenece al cuartel de Villa Giardino, representando a muchos jovenes, que con un equilibrio de humildad y orgullo, protegen nuestras comunidades con determinación.

La Familia de Esteban, está compuesta por su esposa, un hijo, y en estos días, por la cuarentena, convive con ellos otra hija de 19 años con su esposo y el bebé de tan solo 20 días, que ya está de regreso en casa luego de estar internado en el hospital municipal de La Falda.

En la nota telefónica que le hicimos, nos comparte el tormento que vivió junto a su esposa en un crucero junto a casi 3000 personas que fue afectado cuando comenzó la pandemia en sudamérica, así como la vivencia desde el momento que creyó que tenía coronavirus, y luego el episodio donde corrió  desesperado por la vida de su nieto. 

Lo cierto, es que luego de escucharlo, como ejemplo de tantas situaciones que se viven en el mundo a raíz del COVID-19, nos damos cuenta de cómo nuestras vidas están indefectiblemente entrelazadas, y que nuestro comportamiento individual, va demostrandonos la importancia de convivir en armonía y de cuidarnos entre todos, para mejorar nuestro mundo cercano.

Los cambios universales en este milenio, serán atípicos, porque la globalización viene derribando muchas barreras de división e incomprension entre las diferentes culturas y religiones, por lo que tenemos que tomar conciencia que podemos comenzar de abajo hacia arriba, o sea, empecemos por mejorar lo que tenemos cerca!